Con mucha sorpresa, pena e incredulidad el país
entero se fue enterando del fallecimiento de uno de los mejores jugadores del
Ecuador, con apenas 27 años y en la cumbre de su carrera futbolística,
Christian “Chucho” Benítez ahora descansa en paz.
El “chucho” Benítez, fue un migrante, claro que
no cruzó fronteras ni paso tantas historias de horror como otros compatriotas,
pero su actitud y su vida, sus acciones lo demuestran claramente, nacer, crecer
y superarse desde una familia humilde es siempre una señal de respeto y
ejemplo, esa sonrisa suya característica de los que tienen la fe bien
cimentada, esa fuerza y ansias de gol que todos mirábamos en sus jugadas, la
frustración cuando no convertía goles, es muy chucho, es muy de Benítez y lo
vamos a extrañar.
Los migrantes, nos lanzamos a buscar
oportunidades, muchas veces sin conocer el idioma, la cultura, las costumbres, así
lo hizo el Chucho cuando jugó en Inglaterra, México y últimamente cuando vivió
en Qatar al otro lado del planeta, este último, uno de los países más ricos del
mundo, donde el ingreso promedio per cápita de sus ciudadanos es de $103.900
dólares anuales, donde el idioma Árabe es el oficial, y donde los Cristianos
son minoría comparados con los Musulmanes, aun así, con tantas “contras” el
“chucho” fue a buscar un mejor futuro para sí mismo y su familia como
futbolista, igualito como lo hacen los migrantes ecuatorianos, abriendo las puertas
para otros ecuatorianos que también sueñan en grande y casi diciéndoles: atrévanse a recorrer el mundo y conseguir sus
sueños.
Personalmente fui testigo cuando vivía en
Estados Unidos, que el idioma es una de las barreras más difíciles de superar,
cuando se está enfermo, con hambre o con sed, perdido o con alguna necesidad y
no te entienden, es desesperante, me imagino a Christian Benítez y su esposa en
ese lejano país, pasando por esta dura experiencia y sentir que se te va la
vida, debió ser muy duro para el campeón.
Con lo sucedido a Christian el Chucho Benítez,
es inevitable cuestionarse las prioridades que uno tiene a diario en nuestras
propias vidas y que con el pasar de los días vamos viviendo nuestra historia
personal, todo el éxito, la fama, el dinero, el amor, la familia, el Chucho parecía
tenerlo todo y un par de horas para él, se esfumó todo, desapareció todo, nos
quedamos con la incógnita de saber porque, o para que sucedió todo esto,
dejando huellas de dolor y recuerdos bonitos a toda una nación como es el
Ecuador y a millones en el mundo que lo admiraban como jugador.
El tiempo amig@s,
nuestro más preciado tesoro es realmente nuestra riqueza, los momentos felices
que vivimos y hacemos vivir es lo único que nos llevaremos, y el ejemplo que
dejaremos a nuestros hijos y a las generaciones que miran nuestro actuar.
Gracias Christian Benítez por darnos tantas
emociones, tantas alegrías, tantos goles y tanto ejemplo compatriota, gracias y
buen viaje.
William Murillo Vera
@william_murillo
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